El molibdeno es un mineral presente en nuestro cuerpo en ínfimas cantidades, por lo que es considerado como un oligoelemento.
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¿Qué es el Molibdeno?
Si bien no es muy conocido, resulta imprescindible a la hora de garantizar el desarrollo metabólico del ser humano, ya que participa en tres procesos relacionados con el funcionamiento digestivo.
Además de ello, también es un elemento primordial a la hora de desarrollar nuestros dientes desde el nacimiento, concretamente sobre el llamado esmalte dental, que será el encargado de proteger a nuestra dentadura de agresiones y procesos degenerativos como la caries.
Molibdeno, el defensor dental
Como oligoelemento, es decir, como mineral que por su condición no es producido por el propio cuerpo, sino que es necesario que sea ingerido, bien sea mediante nuestra alimentación o mediante un complemento que encontraremos en nuestra dietética.
Las cantidades diarias que precisa nuestro cuerpo son muy pequeñas, entre 100 y 500 microgramos diarios.
En una alimentación basada en productos de la tierra que sea rica en minerales y directamente del campo, su presencia está garantizada en nuestra alimentación, sobre todo por la pequeña cantidad antes mencionada que necesitamos.
Su función como oligoelemento
Pero debido a la necesidad consumista que el mercado impone, los alimentos nos llegan muy rectificados en su origen mediante la refinación, sobre todo en harinas y azúcar, y muy empobrecida por los suelos donde han sido cultivados.
Todo ello no nos producen un mal directo, sino unas sub carencias en ciertos minerales y un exceso de otros, los que se usan para evitar plagas y favorecer el crecimiento, como el cobre, que acaba siendo no recomendable para nuestra salud.
El resultado es que tenemos sobras, que no llegan a ser excesivamente dañinos, aunque no recomendables, y una falta, por ínfima que sea, que nos es necesario. Este es el caso del molibdeno.
Las plantas lo necesitan
Ya ha quedado claro que aunque sea en pequeñas cantidades, nos es necesario para nuestro cuerpo, pero es también necesario para las plantas. El molibdeno es el encargado en la especie vegetal de fijar el nitrógeno.
Por ello se observa de forma abundante en plantas que tienen en sus raíces bacterias que favorecen la creación de nitrógeno, ya que sin este oligoelemento el nitrógeno no podría fijarse en el suelo y, consecuentemente, no se produciría la elaboración de proteínas vegetales. Las más abundantes son las legumbres y crucíferas.
Efectos en el cuerpo humano
De los aproximadamente 10 mg que nuestro cuerpo contiene de este oligoelemento, se calcula que un 40 por ciento habita en nuestro hígado, repartiéndose el resto entre riñones, huesos y glándulas suprarrenales.
Por ello, el molibdeno influye en nuestro cuerpo en diferentes campos, tanto a nivel metabólico como estructural. Los principales efectos son que principalmente es un componente del esmalte dental, lo que lo convierte en el mayor enemigo de la caries.
Además de esto, tiene una gran acción sobre todas las funciones hepáticas, ya que interviene en la metabolización del hierro y, por tanto, en su asimilación en el cuerpo. Esta actividad hepática no solo se limita al hierro, sino que también contribuye en el metabolismo de las grasas, los aminoácidos azufrados y férreos y en las grasas.
El ácido úrico, lo que podríamos equiparar a un termómetro de la eliminación de las purinas propias de la alimentación, se ve regulado por este oligoelemento que principalmente actúa como coenzima de detoxificación hepática.
Síntomas de carencia de molibdeno
No suele producirse por su cualidad de oligoelemento, por lo que puede confundirse con otros problemas. Las carencias principales se centran en dos aspectos: las difíciles de relacionar (irritabilidad, alteraciones en los niveles de ácido úrico, impotencia, arritmias) y otras más indicativas.
Cuando recurrir al molibdeno
Otras situaciones más complicadas, complementar con molibdeno puede ser tan importante como tan poco nos pueda parecer su aportación en cantidad.
En enfermedades hígado de todo tipo, funcional, tóxico por alcohol, por drogas o por exceso o no tolerancia de medicamentos, en migrañas o flatulencias, en procesos anémicos, por falta de hierro, o un exceso de cobre en el cuerpo, un suplementario de molibdeno puede ayudar a liberarlo.
En todas estas situaciones, sobre todo cuando necesitamos un refuerzo para nuestra dentadura y para estados de anemia, este aminoácido mineral puede ayudarnos.
Donde podemos encontrarlo
Lo contienen especialmente distintos alimentos, pero dependerá su presencia de la calidad del suelo o del mar donde las especies se hayan criado.
Aportan Molibdeno los pescados azules, como el atún, la sardina, salmón, etc., la mayoría de legumbres, algunas verduras como la col habitual, la de Bruselas y el repollo, la clara de huevo, algas, específicamente la kombu y los cereales y derivados no refinados, es decir, integrales, como el germen de trigo.
El molibdeno está presente comercialmente en forma asimilada como levaduras, pero también en forma de oligoelemento individual.
Parece ser que sus resultados mejoran cuando va combinando con otros oligoelementos, minerales y vitaminas, generalmente enfocadas a la detoxificación hepática, nunca olvidando su capacidad protectora del esmalte dental.
Naturópata