Problemas articulares

La respuesta natural a los problemas osteoarticulares más comunes.

Los distintos problemas de dolor osteoarticular que afectan al aparato locomotor (músculos, tendones, ligamentos, cartílagos, articulaciones,...) habitual-mente se definen como "enfermedades reumáticas".

Las enfermedades reumáticas pueden manifestarse en las estructuras internas de la articulación (cartílago, membrana sinovial, cápsula sinovial: enfermedades reumáticas intra-articulares) o bien en las estructuras adyacentes a la articulación (tendones, ligamentos y fibras musculares: enfermedades reumáticas extra-articulares). La etiología de algunas enfermedades reumáticas también incluye la inflamación de los tejidos, debido a la liberación de prostaglandinas que produce hinchazón, calor y, por lo tanto, dolor.

Los problemas osteo-articulares pueden ser causados por una verdadera enfermedad (artritis, artrosis, osteoporosis...), por traumas, o pueden derivar de problemas funcionales, pero no por esta razón no se deben considerar menos dolorosos e invalidantes. Una de cada 10 personas tiene problemas de este tipo; en el 80% de los casos los pacientes tienen más de 50 años, pero también numerosos casos entre jóvenes, sobre todo cuando la causa es postural.

Las articulaciones

Las extremidades de dos huesos se unen gracias a las articulaciones; están recubiertas por un cartílago articular cuya función es la de reducir la fricción favoreciendo el movimiento. El espacio entre las dos extremidades de los huesos está permanentemente lubrificado por una sustancia grasa que tiene una función amortizadora: el líquido sino-vial. Por fuera, la articulación está protegida por la cápsula articular. En el interior se encuentra la membrana sinovial. Los tendones (haz de fibras paralelas resistentes a la tracción) y los músculos (que penetran en los tendones permitiendo el movimiento) con su acción de contracción y relajamiento hacen que se produzca un movimiento armonioso y eficaz.

LENI. La investigación Specchiasol para el bienestar articular.

El dolor: ¿cuándo y cómo combatirlo?

Lo que tienen en común las enfermedades reumáticas es la presencia de dolor, un estado inflamatorio difundido en mayor o en menor medida y las limitaciones funcionales que derivan de estos síntomas.

El dolor puede aumentar según el clima (humedad, viento, cambios bruscos de temperatura), según la actividad física y/o deportiva intensa y prolongada (el sistema articular soporta continuos esfuerzos mecánicos que pueden llevar a un desgaste precoz de las estructuras osteoarticulares), el sobrepeso (que genera sobrecarga de algunas articulaciones como las rodillas, las caderas y la columna vertebral), la vida sedentaria (la ausencia de movimiento lleva a la regresión de las articulaciones hasta la completa inmovilidad, por lo que el mínimo movimiento produce dolores agudos) y el estrés (la tensión produce rigidez muscular).

¿Qué hacer para contrarrestar el problema?

En el tratamiento de las enfermedades reumáticas es necesario intervenir aliviando la inflamación y la consiguiente contracción muscular para reducir el dolor y recuperar gradualmente la movilidad de la articulación.

El tratamiento farmacológico de los síntomas osteoarticulares (FANS, paracetamol, ácido acetilsalicílico, cortisona, ...) tiende a reducir el dolor y la inflamación, pero es necesario recordar las contraindicaciones y los efectos secundarios, que limitan su utilización.

La utilización de extractos de plantas tradicionales conocidas por sus propiedades antiinflamatorias y calmantes del dolor, por su eficacia y por su óptima tolerancia, representa la primera respuesta para ayudar a combatir los problemas osteoarticulares.