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Se elabora a base de Lepidium latifolium. Hemos descubierto y comprobado que presenta, entre otras acciones, una gran capacidad detoxificante celular.
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En Soria Natural, la investigación rigurosa siempre ha formado parte esencial de nuestra evolución como empresa y ha constituido una de nuestras prioridades. Gracias a ello, hoy en día, después de 10 años de intenso trabajo, os podemos aportar un nuevo producto que es el resultado de las investigaciones específicas seguidas con una línea de células, ya que las indagaciones continúan con otras múltiples líneas celulares.
Os presentamos un producto: CTP, El Detoxificante Perfecto. Se elabora a base de Lepidium latifolium, y a través de los múltiples estudios realizados hemos tenido la posibilidad de conocer con mayor precisión, no sólo su composición en principios activos (hasta ahora no muy conocida), sino que también hemos descubierto y comprobado que presenta, entre otras acciones, una gran capacidad detoxificante celular, hasta ahora ignorada, que aporta grandes beneficios a la salud (entre ellos el de reducir el riesgo de desarrollar determinados procesos degenerativos).
Ya en el siglo XIX el biólogo, médico y fisiólogo francés Claude Bernard, postuló que lo que ocasiona la enfermedad no son los gérmenes (bacterias, virus, etc.), sino el estado del medio interno del cuerpo o “terreno”, que ha perdido la capacidad para combatir a los agentes invasores. Los higienistas afirman que los mencionados gérmenes, sólo pueden vivir en un “terreno toxémico o sucio”. El término “terreno” se refiere a la célula y al espacio extracelular, a través del cual a la célula le llegan los nutrientesy también productos tóxicos exógenos y hacia el que la célula expulsa sus productos de desecho endógenos.
Según el estado de su “terreno”, entre otras cosas, la persona puede gozar de buena o de mala salud, ya que los organismos patógenos sólo se desarrollan cuando se produce un desequilibrio del medio interno del organismo, que permite la proliferación de microorganismos patógenos. Esto explica porqué los virus, por ejemplo, afectan a unas personas y a otras no. El virus proliferará su potencial patógeno únicamente en un organismo que no puede defenderse; es decir, si el “terreno”, por la razón que sea, está debilitado o “sucio”.
Esta afirmación le valió a Claude Bernard un enfrentamiento con otro científico contemporáneo, Louis Pasteur, el cual sostenía una posición antagónica. Tras años de enfrentamiento, Pasteur en su lecho de muerte reconoció la labor de Claude Bernard afirmando que «Claude Bernard tiene razón; el agente o microbio no es nada, el terreno lo es todo». Pasteur fue uno de los principales investigadores que postuló la teoría microbiana según la cual los gérmenes eran los causantes de los síntomas mal llamados enfermedades.
También elaboró la vacuna contra el ántrax y contra la rabia y con sus ideas contribuyó al desarrollo posterior de los antibióticos. Resumiendo: Si mantenemos limpio el terreno, los microbios no pueden proliferar y por tanto la salud no se resiente y no se manifiesta ningún síntoma de ésta proliferación. En consecuencia, nuestro sistema defensivo se mantendrá robusto y no será tan necesario estimularlo.
Las células están constantemente expuestas a lo que conocemos como tóxicos endógenos (son los producidos por el propio metabolismo celular) y tóxicos exógenos (provienen de los alimentos que ingerimos, del aire que respiramos, del medio ambiente, de los medicamentos, estrés, hábitos tóxicos, etc.). En condiciones normales, un cuerpo sano está preparado para controlar y eliminar un determinado nivel de toxinas, diferente en cada persona, y que los higienistas llaman “umbral de tolerancia toxémico”. Sin embargo, ¿qué es lo que sucede cuando disminuye la capacidad excretora de los órganos emuntorios (hígado, riñones, intestinos, pulmones, piel, sistema linfático, etc.) y se rebasa el “umbral de tolerancia toxémico”?. Pues sencillamente que dichas toxinas se acumulan en él y pueden amenazar su equilibrio funcional. La toxicidad intracelular es una de las principales causas que genera alteraciones en las células. A medida que las moléculas tóxicas se van acumulando progresivamente dentro de la célula, bloquean su funcionamiento y ocasionan ciertos desequilibrios fisiológicos. Este “envenenamiento” progresivo y prolongado de la célula, puede terminar por originar alteraciones del ADN nuclear y provocar anomalías, que conducen a que el individuo enferme y al envejecimiento prematuro del organismo, que se refleja en el sin número de malestares crónicos y autoinmunes, así como de cualquier otro, que hoy padece la sociedad del bienestar.
Nuestro departamento de I+D+i durante 10 años ha estado investigando la posible acción beneficiosa del Lepidium latifolium sobre distintos tipos de células cancerosas. Como consecuencia de ello, empezamos a buscar, a través de diferentes líneas de investigación, una explicación sobre el mecanismo de acción mediante el cual el Lepidium latifolium podía ejercer dicha acción, ya que hasta entonces su composición química era poco conocida.
Las investigaciones científicas llevadas a cabo, han comprobado y puesto de manifiesto que determinadas moléculas producidas en la metabolización de algunos componentes del Lepidium latifolium, tienen actividad biológica (alil-isotiocianato o isotiocianato de alilo y el 1-ciano-2,3-epitiopropano o CETP) y presentan importantes aplicaciones beneficiosas para la salud. Se ha observado que son potentes inductores de la detoxificación de sustancias altamente tóxicas, debido a su capacidad de estimular las enzimas de la fase II de detoxificación, tales como la quinona reductasa, la glutatión-S-transferasa y la glucuronosil transferasa, que modifican la molécula tóxica y la hacen más hidrosoluble para facilitar su eliminación. Esto constituye una poderosa estrategia para neutralizar, además de las sustancias químicas potencialmente tóxicas, los radicales libres, responsables del envejecimiento y del daño celular, antes de que puedan dañar el ADN e iniciar el desarrollo de distintas patologías degenerativas y otros muchos perniciosos efectos sobre la salud.
Como vemos, el organismo está constantemente expuesto a un gran número de diferentes sustancias exógenas o provenientes del exterior (xenobióticos, medicamentos, radiaciones, alimentarias, etc.) y endógenas o derivadas del propio metabolismo celular (amoniaco, urea, ácido úrico, bilirrubina, etc.) que pueden acumularse en los tejidos y alterar su buen funcionamiento.
La gran mayoría de las sustancias tóxicas presentan tres características: son liposolubles (atraviesan fácilmente las membranas celulares), apolares (no son solubles en agua) y se reabsorben a nivel del túbulo renal (vuelven a la sangre y no se eliminan por la orina), por lo que pueden permanecer largo tiempo en el organismo.
Para reducir la posibilidad de que una sustancia produzca una respuesta tóxica en el organismo, podemos hacer dos cosas: Disminuir la cantidad de sustancia que le llega a los tejidos, en su forma activa, y disminuir el tiempo que dicha sustancia permanece en contacto con los tejidos. Esto lo podemos lograr mediante la disminución de la capacidad de difusión de la sustancia e incrementando su velocidad de eliminación (esto es lo que hace el CTP).
Uno de los mecanismos más importantes, a través del cual el organismo se defiende e impide que las sustancias tóxicas le generen daño, es el denominado de Biotransformación.
La biotransformación, es el conjunto de reacciones químicas que se producen en las células de los tejidos, para transformar las sustancias tóxicas en sustancias más polares (así se reduce su velocidad de difusión) y solubles en agua, para facilitar su eliminación por la orina y la bilis. Este mecanismo, se utiliza tanto para metabolizar las sustancias exógenas como endógenas y se realiza principalmente en el hígado, pero también en otros tejidos u órganos como la sangre, riñón, pulmón y placenta.
El proceso de biotransformación, comienza desde el mismo momento en que la sustancia tóxica ingresa en la célula y se realiza a través de las reacciones de la fase I y las reacciones de la fase II. Con las reacciones de la fase I, se modifican las moléculas tóxicas para que puedan actuar las enzimas de la fase II y así poder transformarlas en otras sustancias más hidrosolubles, que son fácilmente excretadas por el organismo.
- Reacciones de la fase I: Es el conjunto de reacciones químicas (oxidación, reducción, hidrólisis, etc.), llevadas a cabo por las enzimas amino-oxigenasas y los citocromos P-450, normalmente existentes en el organismo en cantidades suficientes, a través de las cuales se modifica la estructura química de la molécula tóxica (introduciendo nuevos grupos funcionales), lo que puede hacer que la sustancia sea menos dañina que la sustancia original pero también puede convertirla en una sustancia más tóxica (bioactivación). Además, durante los procesos de oxidación realizados por la citocromo P-450 se pueden generar una serie de radicales libres que pueden producir daño celular. Si estos radicales libres, o los metabolitos intermedios más tóxicos se acumulan en las células pueden producir un daño que afecte no sólo a la función celular sino también a su ADN. Por todo esto, lo que nos interesa es estimular las reacciones de la fase II.
- Reacciones de la fase II:Son reacciones de conjugación, a través de las cuales las moléculas generadas en la fase I se combinan con determinadas sustancias endógenas (ácido glucurónico, sulfato, glutation, etc.), para disminuir su difusión a través de las membranas celulares y aumentar aún más la hidrosolubilidad de los compuestos y por lo tanto hacerlos más fácilmente excretables por la orina y la bilis. Las enzimas encargadas de estas reacciones son, principalmente, la quinona reductasa, la glutatión-S-transferasa y la glucuronosil transferasa. Estas enzimas también presentan un efecto antioxidante indirecto muy importante ya que impiden que los radicales libres causen daño a las células.
CTP-El Detoxificante Perfecto, actúa a este nivel, estimulando las enzimas de la fase II lo que produce, entre otras, dos acciones muy beneficiosas:
CTP Resultado de años de investigación de Soria Natural
Ha sido después de múltiples estudios, cuando hemos podido constatar la capacidad detoxificante celular de la crucífera Lepidium latifolium. Para ello, se le ha sometido a un proceso de elaboración, partiendo de plantas cultivadas ecológica y biodinámicamente, en un ambiente muy adverso a 1200 metros sobre el nivel del mar, con un ciclo vital muy corto como es el de Soria (4-5 meses), para favorecer la concentración de principios activos y la carencia absoluta de metales pesados, tan frecuentes en las crucíferas, utilizando en dicho proceso solamente las hojas tiernas de menos de un mes de vida. De ésta forma, se ha llegado a conseguir una materia prima de inmejorable calidad. Afirmamos esto porque hemos comparado una muestra de nuestra producción, con muestras conseguidas en otros lugares de España, con el siguiente resultado:
Origen | Contenido en Sinigrina | % sobre muestra |
Garray (Soria) | 2,9% | 100 |
Iturmendi (Navarra) | 1,35% | 46,7 |
Talavera la Real (Badajoz) | 0,76% | 26,2 |
Calpe (Alicante) | 0,37% | 11,6 |
Esta planta hasta ahora, era conocida fundamentalmente por su efecto diurético, (Navarro et al, 1994), por su capacidad de disolver los cálculos de las vías urinarias y también por su aplicación en el tratamiento de la hiperplasia de próstata (Martínez Caballero et al, 2004).
Según nuestras últimas investigaciones, hemos averiguado nuevas acciones muy importantes de determinados principios activos del Lepidium latifolium, que se basan en el descubrimiento por el departamento de I+D+i de Soria Natural de nuevas moléculas desconocidas hasta ahora y que contiene la planta, como C16 H23 NO9, C17 H25 NO9 y otras, a las que todavía no hemos puesto nombre, ya que hay que determinar su estructura molecular.
Soria Natural dispone de tecnología muy avanzada que nos permite contribuir, de forma destacada y eficiente, al mayor conocimiento y difusión de las plantas medicinales.
Aplicamos técnicas como HPLC-DAD (cromatografía líquida de alta presión con detector de diodos), que pueden confirmar la presencia de compuestos ya descritos en la bibliografía previamente y cuantificarlos simplemente por comparación de la señal de la muestra y del patrón puro que queremos cuantificar. Pero para descubrir nuevos compuestos desconocidos y de los que no existen patrones, son necesarias técnicas más sofisticadas, las cuales también aplicamos, como HPLC-MS/MS (cromatografía líquida de alta presión acoplada a un espectrómetro de masas), que permiten determinar el peso molecular exacto del compuesto desconocido y de esta manera, el software de este aparato genera múltiples combinaciones sumando los pesos de los átomos simples que existen en el universo (carbono (C), nitrógeno (N), oxígeno (O), hidrógeno (H), etc.), hasta generar una combinación cuya suma de los pesos atómicos coincida exactamente con el peso molecular del compuesto desconocido. De esta forma, nuestro equipo de I+D+i, puede profundizar en el conocimiento de las plantas medicinales (en este caso del Lepidium latifolium) y descubrir moléculas existentes en ellas que no se conocen.
A partir de muchos ensayos, de los cuales pasaremos a describiros los más significativos, nuestro laboratorio ha intentando localizar los componentes responsables de esta actividad de detoxificación celular del Lepidium latifolium y ha conseguido dar luz sobre algunos de ellos. El Lepidium latifolium es especialmente rico en un glucosinolato llamado sinigrina, el cual como tal no tiene actividad detoxificante, pero si ésta molécula es degradada por una enzima que se encuentra en la misma planta, la mirosinasa o glucohidrolasa de tioglucósido (Prakash D and Gupta C, 2012; Zhou C, Tokuhisa JG et al, 2012; Bones AM and Rossiter JT, 2006; Holst B and Williamson G, 2004), o que también está presente en las bacterias de nuestro intestino (Fahey JW, Wehage SL et al, 2012; Rouzaud G, Young SA et al, 2004; Krul C, Humblot C et al, 2002; Getahun SM and Chung, 1999; Shapiro TA, Fahey JW et al, 1998), se forman moléculas que sí presentan la actividad detoxificante, en concreto el alilisotiocianato y otra con mayor actividad inductora el 1,ciano-2-3 epitiopropano (CETP).
También aparecen otros dos productos de degradación de la sinigrina pero se comprobó que no colaboran en esta actividad, mediante su aislamiento en nuestra planta experimental de fluidos supercríticos y posterior comparación con el sulforafano, hasta ahora el detoxificante natural más reconocido, tal como más adelante se detalla en la descripción de estos ensayos.
La molécula que presenta una mayor actividad es el CETP, pero no está presenta en la planta. Procede de la degradación espontánea de la sinigrina (ésta sí presente en el Lepidium latifolium) y se origina al trocear, licuar, etc., la planta por acción enzimática, o también ya dentro del aparato digestivo por la misma acción, como se ha explicado. En condiciones normales, es la molécula que se forma en menor cantidad, cuando la sinigrina se degrada, pero conformado el Lepidium como está en el CTP, hemos conseguido que la práctica totalidad de la sinigrina, se convierta en CETP dentro del sistema digestivo.
Además, es una molécula muy volátil, por lo que su manipulación a lo largo de cualquier proceso industrial, es realmente compleja y para nosotros se ha mostrado imposible de controlar, razón por la cual, hemos desarrollado el CTP, para conseguir que la sinigrina se transforme en CETP, dentro del aparato digestivo, en vez de en el exterior donde se volatiliza de inmediato, y así pueda pasar directamente a ser aprovechada por el organismo.
La cantidad de este producto de hidrólisis generado por la mirosinasa es dependiente de la estructura y del tipo de glucosinolatos que tenga la planta (sinigrina, glucorafanina, gluconasturtina, glucotropaeolina, etc.) y de las condiciones de reacción (pH, presencia de proteínas epitiospecíficas (ESP), iones ferrosos (Fe2+), proteínas formadoras de tiocianatos (TFP), temperatura, etc.) (Cartea ME, Velasco P et al, 2008; Kushad MM, Brown AF et al, 1999; Rosa EAS, 1997; Rosa EAS, Heaney RK el al, 1994).
Como se ve, a partir del glucosinolato sinigrina (sustancia inactiva), por acción de la enzima mirosinasa, podemos obtener dos compuestos activos, el isotiocianato de alilo y el epitionitrilo. La tendencia natural de la sinigrina es formar isotiocianato de alilo, porque presenta menos requerimientos para su producción (solamente un pH neutro y la mirosinasa). Sin embargo, a nosotros nos interesa por su mayor capacidad detoxificante, el CETP, que necesita más elementos para su síntesis (una proteína epitioespecífica, hierro (ión ferroso) y un pH ácido que aporta el estómago). Lo que nosotros hacemos es aportar al glucosinolato sinigrina esos elementos para derivar la reacción hacia la producción de CETP. Así generamos únicamente CETP.
En nuestro laboratorio, durante varios años hemos intentado obtener un extracto de Lepidium latifolium especialmente rico en esta molécula y estandarizado, pero por su volatilidad es prácticamente imposible garantizar su presencia a lo largo de la vida de un producto comercial, por mucho que lo protegiésemos. Todo ello nos ha obligado al complejo desarrollo de un producto, CTP-El Detoxificante Perfecto, que garantice la cantidad de CETP necesaria para que presente la actividad detoxificante a lo largo del tiempo, que al final y debido por la novedad de la que se trata, ha cristalizado en una patente.
Como se puede observar, no es lo mismo CETP (1,ciano-2-3-epitiopropano), que CTPEL DETOXIFICANTE PERFECTO, que nosotros fabricamos, que es el nombre comercial que hemos dado al producto formado por extracto seco de Lepidium latifolium rico en sinigrina, mirosinasa, proteína epitioespecífica, hierro y vitamina C y que una vez en el estómago se convierte en CETP (1,ciano-2-3-epitiopropano) que es en realidad la molécula detoxificante activa.
La solución al problema ha sido, no fabricar un producto rico en CETP sino fabricar un producto rico en sinigrina, el glucosinolato precursor del CETP, y combinarlo con los componentes necesarios para que en el estómago, al ser ingerido se genere la reacción de degradación que da lugar al CETP, como producto mayoritario. De esta forma, con CTP, se obtienen tres ventajas:
Para conseguir que CTP-El Detoxificante Perfecto tenga una mayor biodisponibilidad para el organismo, se ha formulado con los componentes adecuados para que el CETP se sintetice en el estómago, ya que este producto de degradación pudimos comprobar que sólo aparece en medio ácido y en presencia de la enzima mirosinasa y la proteína epitioespecífica, ambas presentes de forma natural en el mismo Lepidium latifolium y de donde las extraemos para mezclarlas con la sinigrina presente en el extracto seco de Lepidium. Además, la presencia de iones de hierro y de vitamina C decantan la reacción de degradación hacia la producción de CETP, y no otros componentes. Sólo de este modo podemos garantizar la generación y absorción de esta molécula detoxificante.
Resumen del estudio que dio origen al CTP
El Lepidium latifolium como tal, es conocido por ciertos beneficios para la salud desde hace miles de años, pues es ya recogido por Dioscórides en sus textos sobre plantas medicinales.
En Soria Natural, nos centramos en su estudio a partir de las experiencias que, como ya hemos dicho, desarrolló nuestro departamento de I+D+i en colaboración, primero con la Universidad de Santiago de Compostela, durante 3 años, y después con el Centro de investigación del Cáncer de Salamanca (C.I.C.), dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (C.S.I.C.), durante 7 años, sobre su actividad beneficiosa en ciertos casos de cáncer, lo cual nos animó a entrar de lleno en el estudio de sus actividades, y una de ellas, en especial por tratarse de una crucífera, debía ser la actividad detoxificante celular. Los primeros ensayos se desarrollaron en el año 2000, en el entonces nuestro pequeño laboratorio de I+D+i, realizando pruebas in vitro con cultivos celulares de tumores malignos humanos, tratados con jugos frescos y extractos de 97 plantas medicinales, de las que la bibliografía manifiesta la posibilidad de tener propiedades apoptóticas, hasta que se llegó a la conclusión que la planta que presentaba mejor actividad apoptótica en varios tipos de células cancerígenas, era el Lepidium latifolium, dependiendo de la parte de la planta empleada.
Hasta ese momento, el sulforafano, el componente más estudiado del brócoli, era la principal molécula que se había significado con propiedades detoxificantes sobre la célula, por
lo que consideramos que la mejor manera de testar el era comparando su actividad con la del sulforafano (Abdull Razis AF, De Nicola GR et al, 2011; Abdull Razis AF, Iori R et al, 2011; Higgins LG, Kelleher MO et al, 2009; Angeloni C et al, 2009; Choi S, Lew KL et al, 2007; Jo EH, Kim SH et al, 2007; Singh SV et al, 2005; Misiewicz I et al, 2004; Zhang Y and Callaway EC, 2002; Shapiro TA et al, 2001; Brooks JD et al, 2001; Gamet-Payrastre L et al, 2000; Fahey
JW et al, 1997).
Para ello, se desarrolló un complejo estudio in vitro utilizando cultivos celulares. Se trabajó con una línea celular de hepatoma (Hepa 1c1c7) que es defectuosa en la función citocromo P-450, y que se emplea como modelo de estudio para inductores de las enzimas de fase II.
Los primeros ensayos, se desarrollaron con el jugo de Lepidium latifolium recién recolectado. Se probó por separado, con el jugo de las hojas tiernas, con el jugo de las hojas adultas y sumidades floridas, con el jugo de las sumidades floridas semiagostadas que contenían semillas maduras y verdes, y con el jugo de la raíz. Se comprobó que para la detoxificación celular, era mucho más activo el jugo de las hojas tiernas que el de las otras partes de la planta y a partir de ese momento, todos los ensayos dirigidos a la detoxificación se hicieron con este jugo, mientras las otras partes de la planta descritas, se dedicaban a otras líneas de investigación, de las cuales unas están ya terminadas y se darán a conocer una vez publicadas en revistas científicas y otras con las que haremos lo mismo una vez terminadas. Se sometían las hojas a un proceso de expresión, y este jugo recién obtenido se añadía en un rango de concentraciones que oscilaba entre 0,03 mg/ml a 8 mg/ml en el medio de cultivo de las células y a continuación, mediante una técnica espectrofotométrica y con un ensayo denominado de reducción del tetrazolio asociado a menadiona, se medía la actividad de la enzima Quinona reductasa, una de las enzimas de fase II presentes en las células, a la vez que se comparaba ésta con la inducción producida por cantidades crecientes de sulforafano puro. Al igual que sucede con el sulforafano, con el que se observa un aumento de actividad enzimática dosis-dependiente, las células tratadas con el jugo de Lepidium latifolium presentan una curva de activación enzimática similar, siendo a la concentración de 2 mg/ml donde se alcanza una tasa de inducción de la actividad de la enzima de la fase II quinona reductasa de 2,3. Es decir, a dicha dosis se observa que el Lepidium latifolium aumenta la actividad enzimática más del doble, según los valores obtenidos al comparar las células tratadas con las células control, mientras que el sulforafano a la máxima dosis con la que se puede tratar las células sin que sea tóxico para ellas, solamente multiplicaba por 1,6 la actividad enzimática.
En paralelo al ensayo de actividad enzimática, se desarrolló otro experimento para comprobar la toxicidad celular, en el que se trataron las células de manera idéntica a aquellas usadas en el ensayo de la quinona reductasa, para después, mediante una técnica denominada XTT, comprobar la viabilidad de las células. Los resultados obtenidos mostraron que el Lepidium latifolium en ninguna de las concentraciones empleadas, comprometía la viabilidad de las células. Lo mismo sucedió con el sulforafano, aunque la caída de inducción en la dosis más alta, puede dejar entrever una leve toxicidad por parte del sulforafano.
Ingredientes del CTP
Extracto seco liofilizado de hojas jóvenes de Lepidium latifolium, mirosinasa de Lepidium latifolium y proteína epitioespecífica de Lepidium latifolium estabilizadas, vitamina C, sulfato ferroso pentahidratado, celulosa microcristalina (agente de compresión), croscarmelosa sódica (disgregante), estearato magnésico (lubricante), cera de carnauba (agente de recubrimiento).
Como se puede ver, no rompemos la integridad de la planta, ya que a través del extracto seco liofilizado de hojas jóvenes de Lepidium latifolium, el organismo recibe los beneficios de la sinergia de todos los componentes que contiene el Lepidium, tanto conocidos como desconocidos. Únicamente reforzamos la acción de determinados principios activos (mirosinasa y proteína epitioespecífica) y añadimos otros (vitamina C y hierro) para “dirigir” la síntesis en el organismo de CETP y así potenciar su efectividad. El pH ácido lo aporta el estómago, cuando está vacío antes de comer, razón por la que se aconseja tomar el comprimido unos minutos antes de las comidas, junto con un vasito de agua para favorecer su disgregación.
Esta fórmula aporta por comprimido de 1000 mg:
Sinigrina | 30 mg |
Mirosinasa | 5 UI |
Proteína epitioespecífica | 200 μg |
Ión ferroso | 7 mg |
Vitamina C | 40 mg |
Características del CTP
Como ya hemos comentado y todos sabemos, hoy por hoy nos encontramos expuestos a numerosas sustancias tóxicas que habitan en el ambiente y que pueden ingresar en el cuerpo a través de tres vías principalmente: los pulmones (por el aire que respiramos), el tracto digestivo (por el alimento que ingerimos, los líquidos que bebemos, o por las partículas de polvo o aire que tragamos) y por la piel (por las sustancias peligrosas que tocamos o que están disueltas en el agua en la que nos lavamos), así como a toda una serie de toxinas endógenas, provenientes de nuestro propio metabolismo.
Como consecuencia de la importancia que tiene asegurar la actividad normal de todos los órganos y tejidos, a través de la limpieza del terreno y la regeneración celular de los mismos, ofrecemos una forma fácil y cómoda de apoyar y estimular la capacidad de detoxificación del organismo al transformar y eliminar sustancias nocivas, tanto de origen exógeno como endógeno, para conservar o recuperar la salud, sin necesidad de soportar las incomodidades del ayuno, que pensamos es el mejor sistema de desintoxicación, pero muchas personas no pueden o no quieren practicarlo. Pero además, CTP - El Detoxificante Perfecto, también ayuda al organismo a depurarse, por su capacidad de aumentar la eliminación renal, colaborando en la restauración de su salud y sobre todo al combinarlo con depurativos, como más adelante explicamos.
Al ser un activador potente de las enzimas de detoxificación hepáticas de la fase II, el CTP tiene la capacidad de proteger al hígado frente a la toxicidad inducida por agentes químicos y sustancias potencialmente tóxicas, además de ayudarle a mantener y mejorar el funcionamiento del hepatocito (célula del hígado). A lo largo del sinfín de ensayos que hemos realizado con el CTP, hemos tenido ocasión de comprobar que sus beneficios para el hígado son notables, ya que ayuda a normalizar los distintos parámetros bioquímicos, por los que somos capaces de conocer el estado de salud de este órgano.
El CTP presenta una acción antioxidante indirecta, evitando el ataque y daño de los radicales libres a los componentes celulares (ADN, proteínas, lípidos). Pero además, es capaz de aumentar el glutatión reducido (GSH), un importante antioxidante intracelular.
Con la ingesta de CTP, se previenen los posibles daños ocasionados por el deterioro de la piel y ayuda a mantenerla en un estado óptimo. CTP protege a la piel, estimulando, de manera natural, la capacidad detoxificante de las células de la dermis, como nunca antes se había conseguido, lo cual favorece la eliminación de toxinas evitando que se acumulen, retrasando de manera importante el envejecimiento y convirtiendo en real el aforismo de “embellecer desde el interior”, ya que la piel es un reflejo de como se encuentra nuestro medio interno.
Con el uso de nuestro preparado CTP, estamos potenciando la propia capacidad que tiene nuestro cuerpo para mantener y disfrutar de un elevado nivel de salud. Es además una herramienta que se puede utilizar para eliminar las toxinas acumuladas y activar nuestro bienestar, además de mejorar los trastornos de salud crónicos y degenerativos con gran eficacia, realizando una limpieza del terreno que ayuda en gran medida al restablecimiento de la salud.
CTP produce el efecto de que además de estimular la “capacidad de limpieza de las células”, es capaz de mejorar su metabolismo y así conseguir una optimización de la actividad y función celular. Este apoyo de la función celular trae consigo una mejoría fisiológica del tejido, que a su vez, conduce a padecer menos síntomas, a restaurar nuestro nivel de energía y a una mayor calidad de vida. De igual forma, incrementa la acción renal activando su capacidad de eliminación.
¿Cuándo se recomienda tomar CTP?
La toma del CTP es básica ya que al estimular las enzimas de la fase II de biotransformación favorece la eliminación de las toxinas del organismo, a través de los diferentes emuntorios (piel, pulmones, riñones, hígado, etc.), evitando que las toxinas se acumulen en los tejidos y favoreciendo el correcto funcionamiento de los diferentes órganos para disminuir el riesgo de lesión, incrementar el rendimiento físico y favorecer la recuperación.
Resumiendo: CTP, El Detoxificante Perfecto podemos usarlo…
Recomendaciones de uso del CTP
Modo de empleo:
Como elemento a tener en cuenta a la hora de conservar la salud o de mantenimiento de la misma, se recomienda tomar 1 comprimido al día, 5-10 minutos antes de comer, acompañado de un vasito de agua.
Cuando se quiera realizar una detoxificación profunda, se aconseja tomarlo de la misma manera que el anterior (5-10 minutos antes de comer, acompañado de un vasito de agua) de la siguiente forma:
Se aconseja repetir el proceso cada 6 meses.
La duración de las curas de detoxificación están recomendadas en base a la práctica del ayuno descrita por expertos, según los cuales el organismo tarda aproximadamente 3 semanas en depurarse y otras 4 semanas más para regenerar sus células a niveles significativos, comenzando la detoxificación despacio, para no sobrecargar los emuntorios y con ello producir molestias no deseadas.
Durante el proceso de detoxificación las heces pueden presentar un oscurecimiento como consecuencia de la eliminación de sustancias nocivas a través de ellas.
Se aconseja no utilizar en caso de:
Precauciones:
A las cantidades recomendadas ninguna.
El consumo de Lepidium latifolium, puede aumentar la actividad de algunas enzimas encargadas de la metabolización de algunos fármacos.
Los isotiocianatos (compuestos azufrados) a grandes dosis, pueden provocar irritación gástrica, pero nunca a las dosis recomendadas.
Aconsejamos que las personas con hipotiroidismo no sobrepasen las dosis recomendadas. En el Lepidium latifolium no se ha encontrado el glucosinolato progoitrina, cuyo isotiocianato, la goitrina, a grandes dosis, pueden disminuir la captación de yodo por el tiroides (sustancia bociógena). Sin embargo, las hormonas tiroideas se metabolizan a través de la glucuronidación, reacción estimulada por el Lepidium latifolium.
La enzima quinona reductasa puede ser inhibida por la capsaicina y la cafeína. Por tanto, mientras se tome el CTP se aconseja no consumir alimentos que contengan dichas sustancias como chiles, guindillas y alimentos picantes similares, café, etc.
La enzima quinona reductasa también puede ser inhibida por el dicumarol (anticoagulante) por lo que las personas que tomen anticoagulantes tipo dicumarol, warfarina o sintrom presentan una disminución del efecto del CTP.
Presentación: Caja de 36 comprimidos de 1 gramo.