Información sobre la necesidad del Hierro - Artículo informativo

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La falta de hierro está entre los cuadros carenciales de sustancias minerales más ...

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Todos necesitamos hierro
... aunque algunos más que otros

El hierro nutre nuestra sangre, permite que nuestras células se oxigenen y nos da vitalidad. No hay organismo sano sin sangre sana.

La falta de hierro está entre los cuadros carenciales de sustancias minerales más habituales en los países industrializados. Como los síntomas son muy inespecíficos, a menudo este déficit pasa desapercibido durante mucho tiempo. Conocer las causas últimas de una posible carencia de hierro y cuáles son los grupos de riesgo, puede ayudarnos a detectar este desequilibrio.

Las reservas de hierro del organismo humano están sometidas a un proceso de constante desgaste. Un hombre adulto pierde diariamente cerca de 1 mg de hierro y las mujeres en edad de procrear, cerca de 2 mg. Estas pérdidas de hierro se deben a la descamación celular del tracto digestivo y a las pérdidas de sangre durante la menstruación en el caso de la mujer. Ahora bien, aunque las cantidades de hierro ingeridas con la alimentación pueden compensar estas pérdidas fisiológicas, no son suficientes para cubrir un eventual incremento de las necesidades de hierro. Por eso, este aumento de las necesidades concretas es, en muchos casos, el responsable de la aparición de un estado carencial, junto con las hemorragias intensas y un aporte de hierro insuficiente.

Una causa, muchos síntomas.

La carencia de hierro se pone de manifiesto a través de una serie de síntomas ¡nespecíficos que la mayoría de las veces pasan desapercibidos o son considerados, por las personas afectadas, como molestias cotidianas sin importancia, no llegando a vincularlas con sus auténticas causas.

En muchas ocasiones sólo existe una carencia latente de hierro.

Detectar una carencia de hierro no es tarea fácil, y menos aún si no se trata de una deficiencia muy acusada, sino de un estado latente, lo que suele ser bastante habitual. Se habla de carencia de hierro latente cuando los parámetros del cuadro hemático están aún dentro de lo normal por lo que respecta a los glóbulos rojos, mientras que la concentración de hierro almacenado (ferritina) es mucho menor de lo que debiera. A este de tipo carencias latentes son particularmente propensas las personas cuyo organismo tiene un consumo de hierro superior a la media.

Niños: ¡para crecer hace falta hierro...!

¿Ha apreciado desinterés por el estudio de sus hijos o alumnos? Debe saber que La falta de hierro obstaculiza el aprendizaje de los escolares. Cuanto más rápido crece un niño mayor riesgo corre de sufrir una carencia de hierro. Una carencia de hierro puede interferir en el desarrollo infantil, sobre todo por lo que respecta al cerebro. Por eso, los síntomas más habituales de un aporte insuficiente suelen ser la dificultad para concentrarse y la falta de energía, además de una mayor propensión a padecer resfriados y enfriamientos. 

Mujeres : ¡La menstruación reduce las reservas de hierro...!

Con la llegada de la pubertad, las jóvenes son propensas a sufrir carencias de hierro debido a la pérdida de sangre durante la menstruación, y esta propensión no desaparece hasta la menopausia. Es necesario reponer entre 15 y 20 mg de hierro por cada ciclo, pero si las menstruaciones son intensas las pérdidas de hierro pueden ser bastante mayores, si a ello se le suma las dietas de adelgazamiento y las vegetarianas, no es de extrañar que el 50 % de las jóvenes padezcan de una carencia latente de hierro.

Embarazo y Lactancia: Hierro para dos.

Lo que todas las embarazadas y madres que amamantan deberían saber es que, en su situación, necesitan más hierro. Durante el embarazo las necesidades de hierro se duplican y el organismo necesita prácticamente hierro para dos. Este oligoelemento es esencial para el transporte de oxígeno entre madre e hijo y para el desarrollo del cerebro del feto. Además, también es necesario para abastecer las reservas que utilizará el bebé en las primeras semanas después del parto. Durante el embarazo y la lactancia, el hierro forma parte de las sustancias nutritivas "críticas". Teniendo en cuenta que incluso haciendo una óptima selección de los productos alimenticios, apenas es posible cubrir las necesidades a través de la alimentación, se aconseja a las embarazadas tomar suplementos de hierro a más tardar a partir de la decimotercera semana de embarazo y hasta el final del puerperio.

Deportistas: con el sudor y la respiración celular se pierde hierro.

Normalmente las personas que hacen deporte suelen ser las que gozan de mejor salud, siempre y cuando no olviden aportar al organismo lo que éste pierde con la práctica del deporte. Entre estas pérdidas cabe reseñar el hierro. Con cada litro de sudor, el deportista pierde entre 0,5 y 1,2 mg de hierro; por otra parte, el abundantísimo aporte de oxígeno a todas las células que el deportista desarrolla provoca mayor desgaste de glóbulos rojos. Así pues, hace falta reponer estas pérdidas, sobre todo si se quiere seguir alcanzando buenos rendimientos deportivos.

Personas mayores: la falta de apetito desemboca en una carencia de hierro.

Para sentirse mejor durante la vejez... nada como contar con unas buenas reservas de hierro. El organismo de las personas mayores consume menos energía, pero precisa igualmente de vitaminas y oligoelementos. A menudo, la falta de apetito, dificultades en la absorción, una alimentación muy monótona, largos periodos de convalecencia y efectos secundarios de ciertos medicamentos son la causa de un déficit latente de hierro que puede subsanarse con la toma de un complemento alimenticio adecuado.