Alimentos macrobióticos: lista y clasificación

En este artículo vamos a conocer los alimentos macrobióticos y su clasificación nos puede resultar de gran utilidad a la hora de confeccionar la lista de la compra.

Alimentos macrobióticos: proteínas vegetales

Tofu

Cuajada o queso de la bebida de soja.

Se ha de cocinar largo tiempo para equilibrar su energía ya que es un elemento muy frío desde el punto de vista de la medicina taoísta.

Tempeh

Fermentado de los porotos enteros de la soja.

Puede ser preparado directamente en ensaladas tibias o bien salteado al wok.

Seitán

Gluten del cereal del trigo o de la espelta.

Se prepara en la plancha acompañado de diferentes verdes cocinadas al vapor o bien al horno con un poco de salsa de shoyu y tahín.

Alimentos macrobióticos: complementos

Crema de arroz

Ingredientes:

  • Cereal muy cocido a base de arroz integral o bien con copos de avena no precocidos.
  • Frutas disecadas, preferentemente pasas o dátiles.
  • Frutos secos y semillas de diferentes tipos.
  • Melazas en el caso de personas muy yang o que se están iniciando en la Macrobiótica, por ejemplo sirope de ágave, melaza de cebada o amasake de mijo.

Todo ello junto forma una especie de pasta que se puede tomar durante cualquier momento de debilidad a lo largo del día y principalmente en el desayuno.

Alimentos macrobióticosMiso

Es el complemento por excelencia de la dieta Macrobiótica. Acompaña casi todos los platos y es originario de Ohsawa, el fundador de nuestra filosofía.

Propiedades:

  • Remineraliza
  • Relaja
  • Equilibra
  • Ayuda a la absorción de nutrientes
  • Nos aporta energía y vitalidad
  • Es antioxidante
  • Posee una gran concentración de isoflavonas
  • Disminuye el exceso de colesterol endógeno
  • Es un suave hipotensor natural
  • Regenera la flora bacteriana
  • Aporta calor interno
  • Regulariza el pH
  • Es altamente digestivo

Se trata de una pasta compuesta en todo caso de soja fermentada y triturada, pero existen cuatro variedades según lleven o no algún cereal añadido. Son las siguientes:

  1. Hatcho-miso o miso negro: únicamente soja fermentada. Sólo adecuado para el invierno o situaciones de mucha debilidad energética, incluso en momentos de enfermedad.
  2. Mugí-miso o miso marrón: soja con una porción de granos de cebada. Es uno de los más comunes y que más agradan.
  3. Gemmai-miso: soja con arroz integral. Para la temporada de clima templado, por ejemplo en primavera.
  4. Shiro-miso o miso blanco: soja con arroz blanco. Ideal para épocas de mucho calor como es el caso del verano. Es el más dulce de los misos.

Tekka

Pasta compuesta de Hatcho Miso (miso negro), semillas de sésamo, aceite de sésamo de primera presión en frío, raíz de lotus, zanahoria y bardana. Todo ello bien tostado adquiriendo un tono marrón oscuro.

Es considerado uno de los condimentos más yang de la Macrobiótica.

Gomasio

Molienda del sésamo una vez tostado con un poco de sal marina. Para ello originariamente necesitaríamos un suribachi.

Su efecto principal es producir una gran sensación de calor interno.

Natto

Fermentado de la soja ya cocida, almacenada dentro de la paja que contiene el bacilo necesario para el proceso probiótico. Posee un sabor y una textura muy peculiares.

Su propiedad básica es la regeneración de la flora intestinal con la consecuente mejoría en la absorción de nutrientes de nuestra dieta diaria.

Alimentos macrobióticos: Umeboshi

Umeboshi

Ciruelas japonesas que se maceran con sal envueltas en un puñado de hojas de sisho.

También existen en forma de pasta, ya después de haberles extraído el hueso de su semilla.

Son altamente digestivas y alcalinizantes.

Tahín o tahina

Pasta resultante de la molienda completa del sésamo una vez tostado y salado.

Constituye la mayor fuente de calcio vegetal existente.

Tamari

Salsa resultante de la soja fermentada rebajada con agua y sal.

Como bebida curativa se prepara un te bancha y se añaden unas gotas de tamari en el último momento.

Buscamos equilibrar energéticamente nuestros platos y en consecuencia nuestro organismo mediante la aportación de soja en pequeñas cantidades diaria y siempre en forma de fermentado.

Shoyu

Se compone de los mismos ingredientes que el tamari pero en este caso añadimos también una pequeña proporción de gluten de trigo.

Es por tanto más dulce, más yin, enriqueciendo así el sabor de nuestros platos y consiguiendo también un efecto de placer al comer. Esto es porque en la Macrobiótica es fundamental comer disfrutando y nunca ir en contra de tus propias sensaciones o deseos.

Alimentos macrobióticos: especias

Variedad de distintas raíces en polvo. Dentro del gran abanico de opciones las más importantes serían las picantes, ya que estimulan nuestro pulmón, y en consecuencia nuestra aportación de oxígeno y vida a todo nuestro metabolismo.

A través de ellas logramos un cambio rápido de la naturaleza del plato de forma muy sencilla.

Alimentos macrobióticos: algas

En cada comida regularmente han de estar presentes en pequeñas dosis. Se obtienen disecadas una vez ya limpias y de fuentes ecológicas, por tanto se han de rehidratar y posteriormente cocinar.

La Arame y la Hiziki serían las más yanguinizantes.

Alimentos macrobióticos: endulzantes naturales

Amasake de arroz

Se trata de un endulzante natural que resulta de la fermentación del arroz integral por el Koji, de manera que se potencia la dulzura natural del cereal. También se puede emplear avena o mijo, en vez de arroz.

De consistencia cremosa, puede tomarse sólo o usarse para endulzar y dar sabor a multitud de postres. Suele tomarse como bebida, fría o caliente, según la estación del año. Se puede usar también para dar un toque distinto a las sopas y a los aliños.

Melaza de arroz

Este jarabe marrón proviene del cultivo del arroz una vez cocido con enzimas, generalmente a base de brotes de cebada secos, los cuales logran descomponer su almidón, para después colarlo en forma líquida como la miel y reducirlo hasta conseguir la textura deseada.

Sirope de ágave

Este néctar es el jugo vegetal dulce que se extrae de las hojas o pencas del agave, una planta de aspecto parecido a una yuca o cactus pero que en realidad es una suculenta similar al aloe vera. Originaria de América tropical, subtropical y el Caribe, existen más de cien especies de plantas, pero para la producción del sirope se emplean principalmente el agave azul y el agave maguey.

Crema de almendras

Es el resultado de la molienda completa de la almendra pelada en forma de pasta, a la cual se le puede añadir azúcar integral de caña o bien ser utilizada directamente con su sabor natural a fruto seco.

Existe la variedad blanca o bien la marrón preparada con almendras torradas.

Alimentos macrobióticos: TeaAlimentos macrobióticos: tés

Té Bancha

Es elaborado con las hojas del té verde que han sido recogidas después de permanecer, como mínimo, tres años en la propia planta. La cantidad por tanto de teína es mínima.

Té Kukicha

Éste en cambio se elabora con las ramitas de ese mismo te verde, el cual también ha permanecido mínimo tres años en la planta antes de su recolección. En este caso perdemos toda la teína, por ello es ideal en cualquier momento del día, incluso para los niños. Es una bebida muy remineralizante.

Té Hojicha

Se obtiene del mismo té Bancha, pero una vez tostado, para aumentar así su naturaleza yang.

Té Mu

Se trata de una tisana muy usada en Oriente, libre también de teína. Está compuesta de 16 hierbas con una pequeña proporción de ginseng y de regaliz.

Concretamente su mezcla de ingredientes es la siguiente:

1. Corteza de mandarina japonesa
2. Raíz de regaliz
3. Raíz de peonía común
4. Raíz de angélica
5. Rizoma de cnidium officinale
6. Atractylodis lanceae
7. Juncia real
8. Canela china
9. Jengibre
10. Corteza de montan
11. Pachyma hoelen
12. Raíz de diente de león
13. Clavo de olor
14. Raíz de rehmania
15. Ginseng
16. Rizoma de coptis japonés

Alimentos macrobióticos: conclusión

La gran variedad de condimentos que usa la dieta Macrobiótica es justamente la que marca su diferencia, la que cambia la naturaleza del plato hacia alguno de los dos extremos que buscamos equilibrar.

Con ellos podemos hacer que un plato que en principio era de naturaleza fría, como por ejemplo una naranja, se vuelva más yang con sólo espolvorearle por encima un poco de canela. O bien que una ensalada esporádica equilibre su energía si escaldamos mínimamente sus ingredientes y la enriquecemos con unas gotas de tamari o una salsa ligera compuesta de tahín y pasta de umeboshi.

El plato finalmente ha de presentar una gran variedad de color y vida, donde predomine el color naranja de alimentos como la zanahoria o la calabaza, ya que su diana es el bazo y este órgano es el que según la medicina energética soporta nuestro peso emocional y mental diario.

El resumen esquemático sería el siguiente:

Intenso color –>> gran variedad al plato –>> predominio del tono naranja –>> estimulación indirecta del bazo –>> elemento tierra –>> claridad mental.

Ejemplo de menú de estación

Nishime

Alga kombu y diferentes verduras cortadas en trozos grandes dispuestas por capas en una olla con un poco de agua y sal marina a fuego lento durante 20’ con tapa y después 2’ más sin tapa.

Kimpira

Salteado rápido de diferentes verduras de raíz, cortadas en juliana con algas arame e hiziki y un poco de shoyu, chili japonés y sésamo tostado.

Estofado de mijo con falafel

Mijo cocido con cebolla y coliflor en agua con sal durante 15 minutos hasta que se consuma el agua y añadir un poco de tekka en el último momento.

Acompañar con un par de porciones de falafel fritas en aceite de sésamo.

Servir a parte un poco de natto japonés sobre un prensado de repollo.

Para beber

Té kukicha con un poco de pasta de umeboshi diluída.

Postre excepcional

Una gelatina de frutos rojos preparada con agar-agar, bebida de arroz y amasake de avena.

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