¿Por qué nos sentimos tristes en navidad?

La Navidad es para muchos un tiempo de luz, regalos y reuniones familiares.

Pero también puede ser un período de tristeza, nostalgia o desánimo, especialmente entre adultos.

¿Por qué ocurre esto? ¿Y cómo podemos gestionarlo?

No Todos Viven la Navidad con Alegría

Para los niños, la Navidad suele ser sinónimo de ilusión y diversión. Sin embargo, en los adultos no siempre se vive igual.

Muchas personas sienten una presión social por estar alegres, cuando en realidad su estado de ánimo decae. Esta sensación puede generar malestar emocional, especialmente si se ha sufrido alguna pérdida o se arrastra una situación personal difícil.

La Falta de Luz Solar y el Ánimo en Diciembre

Durante el mes de diciembre, en el hemisferio norte, los días son más cortos y la luz solar escasea.

Esto no solo afecta a las plantas, sino también al organismo humano, influyendo directamente en el estado emocional. Se ha demostrado que una menor exposición al sol puede provocar síntomas depresivos, como sucede en países con largos inviernos.

Navidad: De las Fiestas Solares al Nacimiento de Cristo

Históricamente, muchas culturas celebraban en diciembre el renacimiento del sol, como las Saturnales romanas o la Noche del Abeto Plateado celta.

Con el tiempo, la Iglesia adaptó estas festividades y fijó el 25 de diciembre como fecha del nacimiento de Cristo.

Esta estrategia buscaba llenar un período de biorritmo bajo con un mensaje de esperanza y renovación.

¿Cómo Afrontar la Depresión Navideña?

Sentirse decaído en Navidad no es extraño. El entorno social y familiar puede hacer aflorar emociones difíciles. Algunas estrategias útiles son:

  • Aceptar los propios sentimientos sin juzgarlos.
  • Buscar momentos de calma y conexión emocional.
  • Usar apoyos naturales como el triptófano, el hipérico, o remedios homeopáticos como Ignatia Amara o Pulsatilla.
  • Considerar el uso de oligoelementos como Cobre-Oro-Plata, en casos de astenia.

Conclusión: Navidad, Un Tiempo de Contrastes

La Navidad puede ser una época de luces… y sombras. Comprender el origen emocional de nuestro malestar y permitirnos vivir estas fiestas a nuestro ritmo puede ser el primer paso para recuperar el equilibrio.

Al fin y al cabo, como dice la ciencia, la tristeza y la alegría comparten raíces comunes.

Solo necesitamos aprender a gestionarlas.

Feliz Navidad

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