Alfalfa: beneficios, propiedades y recomendaciones

La alfalfa es una planta herbácea que alcanza unos cincuenta centímetros o más de altura y que se caracteriza por su verde intenso. Una de sus virtudes más apreciadas es que dura varios años y rebrota después de cortada. Florece en primavera y su floración se prolonga durante el verano.

Origen de la alfalfa

Según los historiadores de la botánica, la alfalfa es originaria de Oriente Medio. De allí se extendió en la más remota antigüedad por toda la zona mediterránea y desde aquí se ha difundido por el resto del mundo. Ya en el siglo V antes de nuestra era, persas y griegos cultivaban esta leguminosa para forraje de sus caballerías. Hoy en día la alfalfa sigue siendo una de las plantas forrajeras más importantes.

Lamentablemente muchos piensan que es sólo para las caballerías. Como sucede con tantos vegetales, el hecho de haberse dedicado preferentemente a la alimentación del ganado, ha conducido a que la alfalfa sea despreciada para la nutrición humana. Hecho, desde luego, muy de lamentar, pues su contenido vitamínico y mineral es de los más altos que conocemos.

alfalfa

 

Alfalfa: composición y propiedades

Su composición es muy compleja, pero sobre todo destaca por su riqueza en minerales y vitaminas. Junto con las espinacas y las zanahorias, son las hortalizas de uso común que mayor contenido de provitamina A. Además también se han hallado las vitaminas siguientes: B6, ácido pantoténico, biotina o vitamina H, ácido fólico y inositol. También es rica en potasio, sodio, azufre, magnesio y contiene los oligoelementos cobre y boro.

Por su alto contenido en vitamina C es un extraordinario antiescorbútico que resiste la ebullición. También posee propiedades antirraquíticas y se recomienda su consumo en todos los casos de debilidad, de afecciones de la piel y de caída del cabello.

Fuente de vitaminas y minerales

Actividad hipolipemiante. Se ha observado la reducción en los niveles de colesterol total, LDL, VLDL, fosfolípidos, triglicéridos y un incremento en las HDL. La reducción de los niveles de colesterol ha sido observada en un grupo de pacientes, tras la administración de 40 g de extractos de semillas de alfalfa tres veces al día y durante 8 semanas. La lecitina es hipolipemiante.

La alfalfa se considera una buena fuente de vitaminas y minerales.

Actividad hipolipemiante

Se ha observado la reducción en los niveles de colesterol total, LDL, VLDL, fosfolípidos, triglicéridos y un incremento en las HDL. La reducción de los niveles de colesterol ha sido observada en un grupo de pacientes, tras la administración de 40 g de extractos de semillas de alfalfa tres veces al día y durante 8 semanas. La lecitina es hipolipemiante.

Las isoflavonas y el cumestrol son fitoestrógenos. La actividad fitoestrogénica de la alfalfa es máxima en primavera (mayo) y va decreciendo hasta ser prácticamente nula en verano (julio).

Alfalfa, Medicago Sátiva

Parte utilizada

La parte utilizada de la alfalfa son las sumidades aéreas.

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Principios Activos

  • Sales minerales (10%): calcio (1.750 mg/100 g), hierro (35 mg/100g), potasio (2.000 mg/100g), fósforo (250 mg/100 g), manganeso (5 mg/100 g), sodio (150 mg/100 g), sílice, zinc, etc.
  • Vitaminas: Vitamina C (400 mg por 100 g de hojas secas), carotenos (6-7 mg por cada 100 g de hoja seca), vitaminas B1 (4,2 mg/100 g), B2 (17,4/100 g), B3 (58,8 mg/100 g), B6 (7,8 mg/100 g), B12 (trazas), colina (1,85 mg/100 g), ácido fólico (3 mg/100 g), ácido pantoténico (33 mg/100 g), D (1.040 U.I.), E y K.
  • Isoflavonas: genisteína, biocanina A, daidzeína, formononetina.
  • Derivados cumarínicos: cumestrol, medicagol, sativol, trifoliol, lucernol, dafnoretina.
  • Saponósidos, cuyas geninas son derivados del oleaneno: neutros (soyasapogenoles), o ácidos (ácido medicagínico, hederagenina, ácido oleanólico).
  • Fitosteroles: beta-sitosterol, alfa-espinasterol, estigmasterol, cicloartenol y campestrol.
  • Trazas de alcaloides (en las semillas): trigonelina, estaquidrina, homoestaquidrina.
  • Proteínas (16-20%). Enzimas: lipasa, amilasa, pectinasa, emulsina, invertasa y proteasas.
  • Fosfolípidos: lecitina (fosfatidil-colina) y cefalina (fosfatidil-etanolamida).
  • Taninos.

Usos dietéticos y culinarios

Una buena forma de consumir la alfalfa es en forma de jugo fresco. Con los brotes tiernos crudos se pueden acompañar ensaladas y platos crudos. La hojas trituradas y hervidas proporcionan una bebida refrescante tras mezclarlas con limón y miel.

Se calcula una cucharada sopera muy llena de hojas por vaso de agua y dos cucharaditas de miel. En las enfermedades renales y vesiculares, y en los días de ayuno, es conveniente tomar esta bebida durante todo un día, llegando a consumir en total de un litro a un litro y medio.

La alfalfa tierna se puede preparar del mismo modo que las espinacas.

La forma mejor y más cómoda de disponer de las virtudes nutritivas y profilácticas de la alfalfa quizá sea tener siempre semillas de esta leguminosa recién germinadas. De este modo, al valor que de por sí tiene la alfalfa, uniremos el de los germinados.

Recomendaciones de consumo

Se aconseja

Tradicionalmente se emplea en el tratamiento de anemias por deficiencias vitamínicas o minerales, y convalecencias.

Se desaconseja

Lupus eritematoso sistémico (ver precauciones).

Precauciones

Las semillas de alfalfa, así como los brotes, contiente canavanina (aminoácido no protéico), pero que, al parecer, no se encuentra en las plantas maduras.

Se ha descrito la aparición de un caso de esplenomegalia con pancitopenia en una mujer de 59 años tras el consumo continuado de semillas de alfalfa germinadas (8-160 g/día durante seis semanas).

También se ha observado la reactivación de un lupus eritematoso sistémico en monos, tras ser alimentados con semillas de alfalfa. Ambos efectos secundarios son atribuidos a la canavanina.

Modo de empleo

Se recomienda consumir la cantidad de 250-1500 mg de la planta o la dosis equivalente de sus preparados.

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