El verano: problemas comunes del veraneo

Verano

El verano es una época donde cambiamos nuestro ritmo rutinario de trabajo, para estar con la familia y los amigos más tiempo del que habitualmente estamos, para visitar lugares a los que normalmente no vamos y para hacer algunas cosas que no hacemos el resto del año.

Pero en algunas ocasiones eso entraña cierto peligro y nos podemos llevar algún que otro susto. Cortes de digestión por meternos en el agua fría, golpes de calor o alguna que otra quemadura solar pueden ser los incómodos compañeros que en ciertas circunstancias nos acompañan en esos momentos.

Corte de digestión:

También llamado síndrome por hidrocución, se produce cuando tras una comida medianamente copiosa el sistema digestivo necesita un mayor aporte de sangre para llevar a cabo el proceso digestivo y nos metemos en el agua con una diferencia de temperatura considerable a la del cuerpo.

Para equilibrar ese brusco cambio, el organismo lleva sangre a la piel y a otros órganos y evidentemente, el sistema digestivo se queda sin ella. En un tiempo que puede ser de unos minutos a unas pocas horas, podemos tener síntomas como mareos, vómitos, sudor, escalofríos, náuseas y calambres. Posteriormente se puede producir una diarrea.

Lo más normal es que no pase de ahí y de la consiguiente incomodidad, pero debemos tener cuidado ya que en procesos más graves se puede producir una pérdida del conocimiento e incluso una parada cardiorrespiratoria.

Es conveniente en cualquiera de los casos, avisar a los servicios de urgencias, ya que puede evolucionar de manera desfavorable. Si desde el principio los síntomas son más graves y hay alguien con conocimientos de reanimación cardiopulmonar, puede ser también necesario aplicar las maniobras de reanimación hasta que los servicios de urgencias se hagan cargo del enfermo.

En casos leves o cuando el médico haya asegurado que no estamos ante un caso grave, podemos aliviar las molestias con plantas como la manzanilla, el limón, el boldo, la alcachofera o la cebolla, que favorecerán el proceso digestivo. Mientras tanto la persona debe descansar para no forzar al organismo y permitirle hacer su trabajo.

El corte de digestión también puede producirse al sumergir la cabeza en agua fría, o al entrar en agua tras estar mucho tiempo al sol y tras hacer deporte.

Golpe de calor

Durante el verano es común los de casos de insolaciones, además de las consabidas quemaduras que pueden producir en la piel, pueden dar lugar a otros síntomas. Podemos encontrar dolor de cabeza, náuseas, vómitos, cansancio y debilidad, mareos, fiebre y en casos más graves convulsiones y pérdida de consciencia.

Como en el caso anterior, puede ser necesario avisar a los servicios de urgencias, ya que lo que en un principio puede parecer leve es posible que derive en algo más problemático.

En casos claramente leves o tras la visita médica en la que se diga que no existe peligro, podemos actuar de varias maneras:

En caso de fiebre, los consabidos paños de agua fría con un poco de vinagre en la frente y nuca (podemos hacerlo si vemos a la persona caliente y congestionada incluso antes de avisar a los servicios médicos). Aportar líquidos, suero fisiológico (que podemos hacer en casa con agua, limón y una pizca de sal en caso necesario), poner a la persona en un lugar fresco o mojarle la piel para bajarle la temperatura.

Quemaduras de sol

Normalmente la exposición al sol no llegan a producir un golpe de calor y menos una insolación, pero sí las típicas quemaduras propias del verano. En este caso, salvo en quemaduras graves, no es necesario acudir a los servicios médicos de urgencias.

Podemos hacer varias cosas para aliviar las molestias y favorecer la recuperación cutánea.

Un yogur natural fresco extendido sobre la zona afectada alivia la sensación de quemazón y aporta nutrientes a la piel para su regeneración. Plantas como el Aloe Vera (quizá la más importante), Hamamelis (disminuye el dolor y previene las infecciones) y Llantén (en forma de cataplasma ayuda a la regeneración). También podemos usar algunas que tengamos en casa como la pulpa de manzana, la col o la lechuga machacadas y aplicadas en la zona afectada.

Es necesario recordar que lo mejor que podemos hacer en todos los casos es prevenir. Muchos de estos problemas se evitarían teniendo un mínimo de cuidado. De cualquiera de las maneras, nunca están de más estas recomendaciones.

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