Lavanda: Propiedades de la Planta Medicinal

La lavanda es una planta de la familia de las lamiáceas, muy valorada por su agradable olor. Además, tiene cualidades calmantes y sedantes que permiten realizar diferentes usos medicinales.

¿Qué es la lavanda?

La lavanda (Lavandula officinalis) todos los años renueva los vástagos herbáceos que pueden llegar a medir 40 centímetros de altura. Las hojas son alargadas y finas y se distribuyen opuestas sobre el tallo.

Las flores de color morado que se disponen en la extremidad del tallo son muy aromáticas y proporcionan un olor característico.

Su cultivo es bastante fácil de realizar. Se necesitan semillas o esquejes, siendo estos últimos los más recomendados. De esta manera, nos aseguramos que la nueva planta sea exactamente el mismo olor que la planta original.

Floración y recolección

La floración se produce en verano.

Para la recolección se debe contar con una planta de al menos de dos años de edad, y proceder a la misma cuando las flores se hayan abierto, ya que la parte a recolectar es la sumidad florida. Así que lo óptimo, es hacerlo un día soleado y bien entrada la mañana.

Es también muy importante, al efectuar la recolección, sea sin dañar el resto de la planta, puesto que al ser perenne y estar lignificada se facilita la regeneración y así al año siguiente se puede volver a aprovechar la misma planta.

En su esencia posee componentes alcohólicos como el linalol, geraniol y borneol, el secado se debe efectuar a la sombra y siempre a una temperatura inferior a los 35º C. En caso contrario, se evaporarían estos alcoholes, con lo que se perdería la actividad terapéutica de la planta.

Para su perfecta conservación, se puede guardar en latas bien cerradas.

Aplicaciones

La lavanda es un a joya de la aromaterapia y  de la medicina tradicional, ya que se utiliza para aliviar gracias a sus propiedades sedantes, calmantes, antiepilépticas, carminativas, diuréticas, espasmolíticas y cicatrizantes.

  • Molestias musculares.
  • Regular los estados emocionales evitando la ansiedad y el estrés.
  • Aliviar el escozor de las picaduras de insectos.
  • Evitar el mal aliento.
  • Tratar heridas y quemaduras.
  • Tonificar y limpiar la piel.
  • Tratar problemas respiratorios.
  • Evitar problemas de insomnio.

La esencia de lavanda puede producir alergias en personas sensibles, las cuales puede llegar a provocar una excitación del sistema nervioso central. Por otra parte, si se administra por vía oral, puede dar lugar a un efecto anestésico general.

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¿Cómo se usa la lavanda?

La lavanda puede emplearse de forma natural realizando diferentes elaboraciones. De esta manera, puede ayudar en los múltiples problemas que hemos hablado con anterioridad.

  • Aromaterapia: se puede realizar masajes, inhalaciones o baños relajantes de cuerpo.
  • Infusión: treinta gramos de la sumidad florida por litro, para tomar después de las principales comidas.
  • Inhalaciones húmedas: 5 a 10 gotas de esencia por cada 50 cm³ del preparado.
  • Aerosoles: 1 gramo por cada 50 cm³ de preparado. Se aplica durante 15 segundos y después, esperar un máximo de treinta minutos para confirmar la no existencia de reacción alérgica.
  • Decocción: de 30 a 50 gramos de la sumidad florida en un litro de agua, durante diez minutos. A continuación,  aplicarlo después de forma tópica mediante compresas o realizando lavados, irrigaciones, etc. Dependiendo de la zona a tratar.
  • Maceración oleosa: 30 gramos de la sumidad florida en aceite de oliva, dejándolo dos horas al baño María, y hasta un día de maceración. Se emplea contra el eccema seco.
  • Alcoholato: se procede a la maceración del mismo peso de sumidad florida fresca que de alcohol de 96°. Seguidamente, filtrar la solución y exprimir el residuo que queda de esta operación.

 

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